Hoy es nuestro Aniversario

Este año 2019 trae consigo numerosas celebraciones para la Escuela You Ch’ing.

Hoy 19 de Enero cumplimos nuestro tercer Aniversario de la nueva ubicación de la escuela en la Avda. Gasteiz 48 bajo. 3 años que celebramos en la Temporada del 30 Aniversario. ¿Casualidad?, no lo creemos.

Estas nuevas instalaciones son el sueño de toda una vida dedicada a las Artes Marciales de nuestro Shifu You Weijun, que con mucho esfuerzo y sacrificio ha creado algo mucho más que una Escuela o nuestro pequeño Templo que cuidamos cada día, él nos ha dado la oportunidad de ser parte de una familia muy especial: la Familia You Ch’ing.

El pasado Octubre con muchísimos de vosotros y vosotras hicimos una fiesta sorpresa a Shifu, no sólo homenajeando todos estos años de dedicación sino también para darle las gracias por esta Escuela que lleva 30 años cambiando muchas vidas.

Aquellos que pudisteis estar presentes ese día de Octubre, escuchasteis un pequeño poema de lo que significa para nosotros esta Escuela.

Con el permiso de su autor, You Xizhi, hoy lo queremos compartir para celebrar un año más en el camino.

You Ch’ing

En ti reside el espíritu del dragón, el auténtico espíritu del Kung Fu; que volando alto eleva a la cumbre a competidores y hace brillar las almas en busca de la inmortalidad.

Enamorado de los sueños… aquellos que anhelan ser cumplidos, para dejar de ser un simple destello dentro de una mente pensante, para descender al corazón y ser el sol que resplandece en nombre de la ilusión. Un calor que se siente y se transmite traspasando los límites de la física, conectando personas de lugares lejanos haciéndolos sentirse cercanos.

De cerca, las palabras sobran. Ojos se miran, sonrisas brotan, el silencio se torna en un abrazo que envuelve cuerpos, los cuales entran en ti a pecho abierto.

Humilde, sencilla, acogedora,… te definen aún sabiendo que lo que se acerca al Dao va perdiendo su nombre. Tu esencia viva, se mueve y se transforma sin cesar. Como el río que nace en el manantial que nunca deja de brotar. Desciende por la montaña, saltando salvaje al son de la pendiente, acariciando rocas y nunca se detiene. A su fin se funde con el mar, donde algún día volverá a ser nube. Nube que deposita sus gotas en la montaña que alimenta el manantial… Retornando a su origen.

Desde grandes a pequeños a todos acoges y a cambio vives en sus corazones por una eternidad.

¡¡Todos somos tú!!