Después de nuestras aventuras por Beijing nos trasladamos hasta Taiyuan (Provincia de Shanxi) para nuestro encuentro con la Montaña Sagrada de Hengshan.
La primera visita fue al Templo colgante Xuankong que se encuentra verdaderamente desafiando la gravedad, asentado sobre unos postes de madera desde el año 491, en el que fue construido.
Posteriormente nos trasladamos al Templo Baidu al cuál se accede mediante un teleférico (no apto para los que tengan miedo a las alturas), donde pudimos disfrutar de unas maravillosas vistas y de un poco de entrenamiento entre sus muros. Una experiencia inolvidable y que repetiremos sin duda en futuros viajes.
Ubicados en un hotel estupendo tuvimos un buen descanso y pudimos disfrutar de una ciudad de contrastes entre lo tradicional y lo moderno y de su población, unas personas muy acogedoras.
Tres días fantásticos y de nuevo en marcha para nuestro siguiente destino: El Monte Songshan.
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