El tercer día de nuestro viaje, número muy importante para el Daoísmo, tocó hacer la visita más especial y significativa para nuestra expedición en Beijing: el templo de La Nube Blanca (Tian Chang).
Comenzamos la mañana con una gran tromba de agua pero en cuanto empezamos nuestra visita al Templo la lluvia amainó. Gracias a ello incluso pudimos ver el cielo azul de Beijing, algo que no es nada habitual debido a que la polución lo impide diariamente, de ahí que los días sean bastante grises y la ciudad torne a ese color en general.
Realizamos las ofrendas y peticiones en cada pabellón del Templo, y pudimos disfrutar de un poco de práctica y así mejorar nuestros conocimientos.
Finalizada la visita, a primera hora de la tarde tomamos el tren bala dirección a nuestro nuevo destino: La montaña de Hengshan (Taiyuan).
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